Eduardo Mendoza vuelve a Barcelona de la mano del célebre dectective loco.
Corren tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, el peluquero vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy.
La misteriosa desaparición de un antiguo amigo del sanatorio mental será el punto de arranque para resolver un caso de repercusión internacional con la inestimable ayuda de un infalible equipo de investigadores: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, la Moski, acordeonista callejera, y un sin fin de personajes insólitos.
Eduardo Mendoza regresa con una sátira genial sobre la Europa de nuestros días, como las que sólo él sabe hacer.
Corren tiempos de crisis. Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, el peluquero vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy.
La misteriosa desaparición de un antiguo amigo del sanatorio mental será el punto de arranque para resolver un caso de repercusión internacional con la inestimable ayuda de un infalible equipo de investigadores: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, la Moski, acordeonista callejera, y un sin fin de personajes insólitos.
Eduardo Mendoza regresa con una sátira genial sobre la Europa de nuestros días, como las que sólo él sabe hacer.
«Al igual que Dylan mi padre fue un raro», dice Vilnius, más conocido como el pequeño Dylan, mezcla del cantautor americano y Rimbaud, convencido de que el fantasma de Lancastre, su difunto progenitor, le está traspasando sus recuerdos y clama venganza. Mientras el joven Vilnius se dedica a completar su Archivo General del Fracaso, busca a alguien que reconstruya las memorias de su padre y funda la infraleve y muy ligera sociedad Aire de Dylan, cuyos miembros intentarán desenmascarar a los asesinos de Lancastre en el transcurso de una representación teatral. La nueva novela de Enrique Vila-Matas es un homenaje al mundo del teatro y una divertida e implacable crítica del postmodernismo, contada a través de la relación de un padre y un hijo que personalizan el duro contraste entre la cultura del esfuerzo y el creativo arte de encogerse de hombros y no hacer nada, como Oblomov, el personaje «radicalmente gandul» de la literatura rusa.
Toda narración, incluso aquella que pretende imitar la vida, es una ficción. Un artificio. El escritor sale al mundo y lo que nos devuelve es una visión de la vida, no la vida. Partiendo de esta premisa, Marcos Giralt Torrente se enfrenta en este relato íntimo a un tema universal: la muerte del padre. A partir del dolor por la pérdida, reconstruye la relación con su padre, el tiempo de vida que compartió con él, con asombroso afán de fidelidad. Sin eludir las zonas de penumbra pero sin recrearse en ellas, sorteando con equilibrio cualquier exceso. De esa forma, con ayuda de una prosa hipnótica y concisa, la propia experiencia se transforma en experiencia de todos. El resultado es un libro absolutamente conmovedor que abraza y golpea a un tiempo. Ni un homenaje ni un ajuste de cuentas. Un intento de comprender la relación más compleja que cabe entre dos personas. El retrato de un padre y un hijo. Un inventario de vida en el que casi nada se calla y en el que, por eso, aparece la vida tal y como es: con sus tristezas y encrucijadas pero también con sus jubilosos descubrimientos.
Marcos Giralt Torrente ha escrito un gran libro. Una confesión valiente y hermosa que, estamos seguros, dará que hablar.
Paul Auster, incansable creador de ficciones y de personajes inolvidables, vuelve aquí su mirada sobre sí mismo. Y si en un libro anterior, A salto de mata, rememoraba sus años juveniles de aprendiz de escritor, en este Diario de invierno parte de la llegada de las primeras señales de la vejez para rememorar episodios de su vida.
Y así, se suceden las historias: un accidente infantil mientras jugaba al béisbol, el descubrimiento del sexo, las masturbaciones adolescentes y la primera experiencia sexual con una prostituta, la rememoración de sus padres, un accidente de coche en el que su mujer resulta herida, una presentación en Arles acompañado por su admirado Jean-Louis Trintignant, la estancia en París, una larga lista comentada de las 21 habitaciones en las que ha vivido a lo largo de su vida hasta llegar a su actual residencia en Park Slope, sus ataques de pánico, las historias de sus abuelos, sus dos primeros matrimonios fallidos y el largo y feliz matrimonio actual, la visión de un viejo thriller por televisión y las reflexiones que propicia, las visitas a la familia de Siri, los viajes, los paseos, la presencia de la nieve, el paso y la herida del tiempo, la conciencia del cuerpo que envejece...
En definitiva, el puzle de una vida a través de vivencias, sensaciones y recuerdos. Un magistral autorretrato construido con la pasión, la desbordante creatividad literaria y la ejemplar viveza de la prosa que son ya las señas de identidad de este escritor amado por los lectores y admirado por la crítica.
Nathalie es una mujer afortunada. Felizmente casada con François, pasa los días rodeada de risas y libros. Un día la pena llama a su puerta: François muere inesperadamente. Nathalie languidece entonces entre las paredes de su casa y se vuelca en la oficina. Pero justo cuando ha dejado de creer en la magia de la vida, ésta vuelve a sorprenderla y revelarse en su forma más maravillosa.
La delicadeza es la novela de la esperanza y la imaginación, la novela de ese París fascinante en el que el dolor y la vulgaridad se transforman en poesía. Un libro que querrás tener siempre cerca, para deleitarte de nuevo con su elegancia literaria o sonreír con su mordaz ingenio, pero, sobre todo, para recordar que siempre, incluso en los momentos más inesperados, cualquier cosa es posible.
Sakamura, un japonés de la Brigada de Investigaciones Especiales. El inspector Corrales, el guardia civil más incorrecto e inolvidable que haya conocido la literatura. Y la perturbadora Agente 69... En un laberinto de misterios y disparates en los que se mezcla la pesquisa crimina con el carnaval político... Una novela absolutamente delirante, en la línea de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán.
La pareja de investigadores más desternillante de la literatura. tres extranjeros muertos en la costa Brava; los tres con una sonrisa en la boca, los tres colorados como cangrejos... La cosa parece estar clara para el cabo de la Guardia Civil Rafael Corrales: tiene que haber sido cosas de medusas, cuyo veneno no afecta al producto nacional. Pero el maestro Zen e inspector Sakamura, enviado por la Interpol, prefiere cuidadosamente antes de pronunciarse sobre el asunto. Corrale conoce el terreno y la idiosincrasia del paisanje; Sakamura utiliza talentos que provienen de una cultura milenaria, y los dos conforman una pareja de investigadores más desternillante de la literatura. Pero la entrada de Sakamura en el caso parece que pone nerviosos a los estamentos más importantes del país: el President intenta desentrañar qué sabe el Presidente de esto, y el Lenhendakari no quiere ser menos, al tiempo que una célula de los Innombrables desembarcaa en Cataluña con intenciones ocultas. Lo que no tiene nada de oculto son los atributos de la agente 69, y en ellos confía planamente el President para que Sakamura baje la guardia, pierda su concentración zen, y deje de acercarse peligrosamente a la máquina del Reconector Neuronal.
Una mirada irónica pero nada displiciente a la España actual y a sus protagonistas, totalmente absorbente, Tusset despliega un talento magistral en los diálogos, en la caraterización de los personajes, que nos llegan con voluntad de dar mucha guerra.
lavieestbelle72@yahoo.es
Marcos Giralt Torrente ha escrito un gran libro. Una confesión valiente y hermosa que, estamos seguros, dará que hablar.
Paul Auster, incansable creador de ficciones y de personajes inolvidables, vuelve aquí su mirada sobre sí mismo. Y si en un libro anterior, A salto de mata, rememoraba sus años juveniles de aprendiz de escritor, en este Diario de invierno parte de la llegada de las primeras señales de la vejez para rememorar episodios de su vida.
Y así, se suceden las historias: un accidente infantil mientras jugaba al béisbol, el descubrimiento del sexo, las masturbaciones adolescentes y la primera experiencia sexual con una prostituta, la rememoración de sus padres, un accidente de coche en el que su mujer resulta herida, una presentación en Arles acompañado por su admirado Jean-Louis Trintignant, la estancia en París, una larga lista comentada de las 21 habitaciones en las que ha vivido a lo largo de su vida hasta llegar a su actual residencia en Park Slope, sus ataques de pánico, las historias de sus abuelos, sus dos primeros matrimonios fallidos y el largo y feliz matrimonio actual, la visión de un viejo thriller por televisión y las reflexiones que propicia, las visitas a la familia de Siri, los viajes, los paseos, la presencia de la nieve, el paso y la herida del tiempo, la conciencia del cuerpo que envejece...
En definitiva, el puzle de una vida a través de vivencias, sensaciones y recuerdos. Un magistral autorretrato construido con la pasión, la desbordante creatividad literaria y la ejemplar viveza de la prosa que son ya las señas de identidad de este escritor amado por los lectores y admirado por la crítica.
Nathalie es una mujer afortunada. Felizmente casada con François, pasa los días rodeada de risas y libros. Un día la pena llama a su puerta: François muere inesperadamente. Nathalie languidece entonces entre las paredes de su casa y se vuelca en la oficina. Pero justo cuando ha dejado de creer en la magia de la vida, ésta vuelve a sorprenderla y revelarse en su forma más maravillosa.
La delicadeza es la novela de la esperanza y la imaginación, la novela de ese París fascinante en el que el dolor y la vulgaridad se transforman en poesía. Un libro que querrás tener siempre cerca, para deleitarte de nuevo con su elegancia literaria o sonreír con su mordaz ingenio, pero, sobre todo, para recordar que siempre, incluso en los momentos más inesperados, cualquier cosa es posible.
Sakamura, un japonés de la Brigada de Investigaciones Especiales. El inspector Corrales, el guardia civil más incorrecto e inolvidable que haya conocido la literatura. Y la perturbadora Agente 69... En un laberinto de misterios y disparates en los que se mezcla la pesquisa crimina con el carnaval político... Una novela absolutamente delirante, en la línea de Lo mejor que le puede pasar a un cruasán.
La pareja de investigadores más desternillante de la literatura. tres extranjeros muertos en la costa Brava; los tres con una sonrisa en la boca, los tres colorados como cangrejos... La cosa parece estar clara para el cabo de la Guardia Civil Rafael Corrales: tiene que haber sido cosas de medusas, cuyo veneno no afecta al producto nacional. Pero el maestro Zen e inspector Sakamura, enviado por la Interpol, prefiere cuidadosamente antes de pronunciarse sobre el asunto. Corrale conoce el terreno y la idiosincrasia del paisanje; Sakamura utiliza talentos que provienen de una cultura milenaria, y los dos conforman una pareja de investigadores más desternillante de la literatura. Pero la entrada de Sakamura en el caso parece que pone nerviosos a los estamentos más importantes del país: el President intenta desentrañar qué sabe el Presidente de esto, y el Lenhendakari no quiere ser menos, al tiempo que una célula de los Innombrables desembarcaa en Cataluña con intenciones ocultas. Lo que no tiene nada de oculto son los atributos de la agente 69, y en ellos confía planamente el President para que Sakamura baje la guardia, pierda su concentración zen, y deje de acercarse peligrosamente a la máquina del Reconector Neuronal.
Una mirada irónica pero nada displiciente a la España actual y a sus protagonistas, totalmente absorbente, Tusset despliega un talento magistral en los diálogos, en la caraterización de los personajes, que nos llegan con voluntad de dar mucha guerra.
En japonés, la letra q y el número 9 son homófonos, los dos se pronuncian kyu, de manera que 1Q84 es, sin serlo, 1984, una fecha de ecos orwellianos. Esa variación en la grafía refleja la sutil alteración del mundo en que habitan los personajes de esta novela, que es, también sin serlo, el Japón de 1984. En ese mundo en apariencia normal y reconocible se mueven Aomame, una mujer independiente, instructora en un gimnasio, y Tengo, un profesor de matemáticas. Ambos rondan los treinta años, ambos llevan vidas solitarias y ambos perciben a su modo leves desajustes en su entorno, que los conducirán de manera inexorable a un destino común. Y ambos son más de lo que parecen: la bella Aomame es una asesina; el anodino Tengo, un aspirante a novelista al que su editor ha encargado un trabajo relacionado con La crisálida del aire, una enigmática obra dictada por una esquiva adolescente. Y, como telón de fondo de la historia, el universo de las sectas religiosas, el maltrato y la corrupción, un universo enrarecido que el narrador escarba con precisión orwelliana.
Fuente: la casa del libro
Fuente: la casa del libro
lavieestbelle72@yahoo.es
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