Federico Granell (Cangas del Narcea, 1974), presentó el pasado viernes en la gijonesa galería Gema Llamazares "La vida imaginada". En diversos soportes e instalaciones, el artista rinde homenaje a la memoria.
A partir del fortuito encuentro, en un mercadillo parisino, de un albúm perteneciente a una familia que vivió en la Alemania previa a la segunda guerra mundial , sin apenas fotografías, decidió "rescatarlo del olvido" y dotarlo nuevamente de imagen . Se trata , como explica en el catalogo de la exposición su autora, Natalia Alonso Arduengo, de " evitar la irreversibilidad del olvido" .
El tempus fugit vertebra el trabajo de Federico Granell siendo las iconografías del reloj y la calavera su memento mori. La cuestión aquí se centra en evitar la irreversibilidad del olvido y la necesidad de conservar los pequeños detalles de la memoria individual como parte de la memoria colectiva contribuyendo al fluir histórico.
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